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Anna Göldi, la última bruja de Suiza

Siempre ha sido difícil ser mujer en una sociedad machista pero siglos atrás no solo era difícil, podía costar literalmente la vida. Los fanáticos religiosos pretendían ver brujas en todos lados así que había que andar en puntas de pie para no caer bajo la mirada aguda de los trastornados cazabrujas. Suiza también tuvo su capítulo en esta macabra historia y hay una mujer a la que se conoce como la última bruja de Suiza: Anna Göldi.

Anna Göldi nació en 1734 y fue ejecutada en 1782 en el cantón de Glarus. Había llegado hasta aquí algunos años antes, a los 17 años, para trabajar como sirviente y tiempo después lo hacía en la casa del físico Johann Jakob Tschudi. Un buen día este hombre la denunció diciendo que había envenenado el pan y en la leche de una de sus hijas y que quería matarla.

Primero Anna Göldi escapó del arresto pero el cantón le puso precio a su cabeza y fue capturada en Zürcher Zeitung. Terminó confesando, por supuesto bajo horrible tortura, que tenía un trato con el diablo y que éste se le aparecía como un perro negro. Cuando la tortura terminó se retractó, pero fue sentenciada de todas formas a morir decapitada bajo el cargo de envenenamiento. ¡Y eso que la hija de su patrón estaba vivita y coleando!

Si bien durante el juicio los cargos por brujería no se presentaron y no quedó un sólo documento oficial, había toda una atmósfera de caza de brujas en torno a la situación, así que la ejecución y sus motivos se esparcieron por toda Suiza y causaron mucha indignación. Pero bien, que Anna ya estaba muerta.

En septiembre de 2007 el parlamento suizo consideró que el caso de Anna Göldi era una injusticia y la exoneraron por juicio ilegal, revelando que Anna tenía una relación con su patrón o que este abusaba de ella y Anna amenazaba con hablar. Vaya, el tipo la mando decapitar para que no abriera la boca, menudo amante. El caso es que si hoy te acercas a Mollis, Glarus, hay un museo en su honor.

El Museo de Anna Göldi está situado cerca de donde Anna vivía y tiene una colección de información sobre el juicio, una recreación de los dispositivos de tortura y confesión aplicados a una mujer, periódicos de la época, novelas, arte y mucho más. Merece una visita.