El chocolate suizo, una delicia
Es increíble como Suiza se ha convertido en el principal fabricante y exportador de chocolate del mundo cuando no tiene plantaciones propias y tampoco tuvo nunca colonias tropicales. Pero es cierto, Suiza hace ya muchos años que es «palabra especializada» en el dulce terreno del chocolate así que… ¿cómo se dio esta situación?
Bueno, durante el siglo XIX la cuna del chocolate en Europa no era Suiza, sino Italia y hacia allí tuvieron que partir los suizos que querían meterse en esta industria. Por ejemplo, Louis Callier estuvo cuatro años en Turín aprendiendo los secretos del chocolate italiano y después en 1819 regresó a Suiza e instaló en Vevey el primer molino chocolatero del país.
Otros nombres famosos que hicieron la historia de esta golosina tan rica son Daniel Peter, Rodolph Lindt (¿os suena este último?), y Philipe Suchard, quienes hacia finales del silgo XIX tenían en marcha sus propios proyectos.
La principal ventaja del país a la hora de producir el chocolate fue que tenía a su favor muchos recursos hidráulicos que eran indispensables en esa época para la producción del chocolate, y una muy buena red de comunicaciones que no tenía ningún otro país de Europa. Las plantaciones de donde proveían las valiosas semillas estaban distribuidas entre América y posteriormente África (Ghana) y si bien en un principio el chocolate que se conoció en el Viejo Mundo no tenía las características actuales (sabor, color, consistencia), con el tiempo dejó de ser una bebida y comenzaron a agregarse otros condimentos (azúcar, leche, vainilla).
En el siglo XIX, con la llegada de turistas británicos a Suiza, el chocolate comenzó a dar la vuelta al mundo y a crecer en prestigio de la mano de sus logros en la industria del chocolate: la invención de la batidora, el refinado, el templado de la pasta de cacao para evitar cristales, el chocolate con avellanas, con leche y los bombones rellenos. ¿Cómo no iban a ser tan exitosos si el chocolate es el dulce más rico de todos?
En fin, que hoy casi todas las empresas suizas dedicadas al chocolate forman parte de multinacionales, salvo muy pocas (entre ellas Lindt-Sprüngli), que siguen siendo empresas familiares.
Pero sí, no hay dudas, el mejor souvenir de Suiza es una buena barra de chocolate con leche.
Vía: adnmundo
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