La quebrada Tamina, una garganta bien caliente
Las montañas de Suiza han atraído turistas desde que se inventó el turismo allá por el siglo XIX. Es decir, en la medida en que el transporte moderno, en aquellos años el tren, popularizó y permitió los viajes cómodos por placer, las clases acomodadas comenzaron a viajar y este pequeño país montañoso se convirtió en uno de los destinos favoritos incluso para sobrellevar o curar algunos males de la época, como la tuberculosis y los dolores articulares.
¿Por qué? Bueno, el aire limpio de montaña hacía que los enfermes de tuberculosis tuvieran, en el mejor de los casos, una sobre vida más larga y por otro lado los baños termales atraían a los enfermos en una época en donde los analgésicos brillaban por su ausencia. Entonces, balnearios hay muchos, pero encontramos en Suiza un sitio de fábula: la Quebrada Tamina.
Se trata de una formación natural que está ubicada en Bad Ragaz a la que se puede llegar desde San Galo, San Bernardino o también desde la misma ciudad de Zurich tanto en coche como en transporte público. En épocas medievales los lugareños decían que era la puerta del infierno pero aún así nunca dejaron de traen a sus enfermos. ¿Por qué? Bueno, estamos en presencia de una garganta oscura y muy profunda que se interna en la tierra como si en verdad se tratara del descenso a los infiernos,
El agua aquí tiene una temperatura de 37ºC y brota de entre las rocas a veces hasta una altura de 70 metros, así que imaginaos el ruido y la sensación que produce estar aquí metidos. Llegar hasta el balneario es un gran paseo pues seguimos las huellas de príncipes y princesas que se han tratado en él, pero después de las impresionantes caídas de agua caliente podemos internarnos todavía más en la garganta hasta que las paredes de los corredores comienzan a apretarnos.
La Quebrada de Tamina está abierta al público del mes de mayo a octubre de 10 am a 6 pm.

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