El león moribundo de Lucerna
La puerta de entrada a la región central de Suiza es la hermosa ciudad de Lucerna situada en las orillas del Lago de los Cuatro Cantones. Con su puente medieval techado, la muralla Museggmauer y su variedad de casas históricas adornadas con frescos, sus mercados y callejuelas cerradas a los coches es un sitio maravilloso.
Tiene muchas atracciones turísticas si contamos edificios, plazas e iglesias de siglos pasados. Pero uno de los símbolos es el León Moribundo, una enorme estatua que no solo es símbolo de la ciudad, sino también uno de los monumentos mas famosos de todo el país.
El León Moribundo de Lucerna está labrado sobre la pared de un monte de roca que está en la misma ciudad. Es una obra de arte salida del cincel del escultor danés Bertel Thorvaldsen quien la talló en 1821. Es un monumento que recuerda a los 700 mercenarios suizos que murieron en el Palacio de las Tullerías de París en 1792 por defender al rey Luis XVI, a su esposa María Antonieta y a sus hijos de la Revolución Francesa.
No es una figura de tamaño natural, de hecho si calculamos el león de piedra mide mas del doble que uno de carne y hueso, y representa a un león caído, herido de muerte y con el dolor clavado en el rostro. Su nombre en alemán en Löwendenkmal y lo cierto es que la veracidad de los sentimientos que expresa la piedra conmueve a todos los visitantes.
A Thorvaldsen le llevó 2 años de trabajo lograr tal perfección y es una de sus esculturas que permanece al aire libre todavía hoy. Es una de las visitas obligadas de todo aquel que pisa Lucerna y por ejemplo, el prestigioso y divertido escritor estadounidense Mark Twain dijo de él que era la roca mas triste y emotiva del mundo. ¿Concuerdas?

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