Visita a los molinos subterráneos de Col-des-Roches

Por Miriam Martí Sigue leyendo

El hombre, durante su larga historia, ha usado frecuentemente la energía hidráulica para su día a día. No obstante, existen muchos puntos del planeta en los que los ríos y el caudal de estos corren a velocidades inferiores a las necesarias para aprovechar su fuerza. En el Valle de Le Locle, Suiza, pasaba esto. Por este motivo, los habitantes de la zona construyeron una serie de molinos en las cuevas de Col-des-Roches, en Neuchatel, que aprovecharían el curso del agua subterránea.

Estos molinos fueron construidos hace 400 años, y a día de hoy pueden ser visitados. Unos molinos que sin duda alguna derramaron sangre en su construcción, y es que al conocer el lugar uno no puede ni imaginar en que condiciones extremas vivió la mano de obra durante las largas jornadas de trabajo.

Los turistas podrán disfrutar de una visita a los molinos de agua y el aserradero hidráulico, complejo que actualmente se puede catalogar como único en toda Europa debido a su construcción en la cueva. Una ruta abierta al público que ha sido restaurada por cientos de voluntarios. En el recorrido conoceremos como funcionaban y trabajaban estos molinos, datos de su construcción así como el papel de los mismos en las civilizaciones de hace 400 años.

Cabe destacar que la temperatura de la cueva suele ser de 7ºC durante todo el año, además de contar con una fuerte humedad. Por este motivo, es recomendable acudir con ropa de abrigo y zapatos cómodos y resistentes.

Una experiencia única en la que aprenderemos sobre el funcionamiento de estos molinos, pero también nos daremos cuenta de las condiciones a las que trabajaban los operarios de esta fábrica subterránea.

Se puede visitar la cueva de mayo a octubre de 10 de la mañana a 5 de la tarde. No obstante, si queremos hacer visitas en grupo podemos ponernos en contacto con el museo, ya que es posible organizar actividades alternativas en horarios de apertura diferentes.